miércoles

Día 1

Anoche, toda desesperada por irme, me pasaron mil y una cosas.
Primero, ni bien me levanto, miro el bolso (ya lo había armado y estaba todo listo) y me doy cuenta de que la casa tiene olor raro (raro, véase: PUTREFACTO).
¿Qué pasó? El hijo de una gran puta de mi gato meó el bolso, quizás en un vano intento de "Cherka, tú te quedas en casa".
Malísimo, gato de mierda, te odio. Para colmo, me encanta ese bolso, es grandote y sin forma y puedo meter la ropa hecha un bollo que no pasa nada, igual entra. 
La cosa es que empecé a buscar de manera cuasi-desenfrenada un bolso (mientras Clyo despotricaba desde el Skype contra mi Lucky Luck y Carmen lo defendía a muerte) hasta que dí con mi mochila de cuero, viejísima y medio hecha mierda.
"Ya fue, vamos con esto"
Milagrosamente, entró todo (lo admito, antes, cuando era chica, sobrecargaba el bolso de ropa aun en un viaje de dos días, pero desde que volví de Europa, meto dos bombachas, dos corpiños, dos remeras y un pantalón y soy feliz) y encerré (si, leyeron bien) el bolso en la pieza para que no ocurra el mismo "incidente" dos veces.
Cuando corté con Clyo y Carmen me puse a limpiar el baño y ¡Oh! ¡Increíble! se inundó todo, así que terminé limpiando, agachada en la mugre, toda sucia y sin poder parar de pensar en:
"Ay si, este viaje va a salir TAN bien" (se nota el sarcasmo, ¿no?)
Terminé, lavé los platos y me metí en la ducha.
Adivinen. 
Si, señoras y señores, no había agua caliente (claro, yo limpié, lavé ropa e hice dos mil cosas mas, ¿qué esperaba? ¿suerte? No, jamás) así que quedé hecha un cubito de hielo en mi cuarto, con la estufa al máximo y sin querer salir de adentro de la toalla calentita.
¡Ahora viene la mejor parte, eh!
Cuando me dispuse a vestirme me di cuenta de que había (por accidente) guardado la ropa con la que iba a viajar en EL FONDO del bolso. Si. Sólo a mi me pasan estas cosas.
Son las nueve y cuarto, creo que ya está todo listo, pero ahora, seguramente, me voy a subir al auto y vamos a pinchar tres ruedas, no vamos a conseguir nafta por algún paro de camiones y jamás llegaremos a San Marcos, porque un tren va a desviarse de su camino para cruzar la ruta y estamparnos contra la cuneta.

Gente, si llego viva a la provincia de Córdoba, es un milagro, y todo, claro, por culpa del gato de mierda este.