Para los que (en algún misterioso, escondido y oscuro rincón de su mente)
creían que yo era inteligente (¿Es eso posible?)
creían que yo era inteligente (¿Es eso posible?)
Acabo de encerrar al gato en la heladera de lo colgada que soy.
Pero fue su culpa, lo juro. Solo dormí una hora y media y, como siempre, me levanté hecha un autómata, caminé a la cocina y saqué el café de la heladera, serví una taza y volví a guardar la cafetera. Puse la taza en el microondas, dos minutos y fui a lavarme los dientes. Cuando volví, me di cuenta de que, normalmente cuando suena el "piiiii" del microondas Lucky maúlla desde abajo y lo mira fijo.
Pero Luck no estaba ahí.
Pero Luck no estaba ahí.
Fui a la pieza y no estaba. Fui al baño y no estaba. Miré en el living y no estaba.
Me despabilé totalmente, empecé a buscarlo de manera cuasi frenética por los dos metros cuadrados que es mi casa.
No se me ocurrió mirar en la heladera ni por un segundo, realmente no sé por qué la abrí. Pero ahí estaba, maullando como un loco y masticando un pedazo de lechuga.
Lucky, dios mio, perdón.