martes

Acostarse con amigos está de moda

- ¿Me estás tomando el pelo?
- No boludo.
- ¡Andá! ¿Esto es así entonces?
- ¡Dios, pareces una mina!
- ¿Una mina? La concha de tu madre, loca. Vengo, garchamos como conejos y después ¿me echás?
- ¡No es un puto delito! ¡No estoy echándote! Dije que no podía dormir con vos
- Sos una pendeja, dios (empieza a caminar por la habitación agarrándose la cabeza)
- ¡Tengo 19 años! (lo persigue) ¿Qué se supone que sea?
- No sé loca, pensé que eras mas madura.
- ¿Más madura? (gritando) ¡Soy una pendeja, salgo, me emborracho, tengo sexo y ya está! No veo cual es el problema acá.
- El problema es que te pones en pelotuda y ..
- Pibe, te explico. No puedo dormir al lado tuyo.
- ¿Por qué?
- Porque no puedo, carajo, ¡no puedo dormir con nadie!
- No te entiendo, te juro que lo intento, pero no te entiendo.
- No esperaba que me entiendas, solo quería tener simple y llano "sexo". (entra a la cocina, prende la cafetera)
- (la persigue) Yo también boluda, pero no me gusta que me echen a las cinco de la mañana.
- No se que decirte. No puedo dormir al lado tuyo, necesito dormir. Si querés, te tiro un colchón al lado de la cama, pero no voy a poder pegar un ojo si estas tan cerca. (mientras saca tazas) ¿Querés café?
- ¿Qué pasa si estoy cerca? ¿Te excitás?. Si, sin azúcar, por favor. (se acerca a la cafetera)
- No, lo que sea es cosa mía.
- No te me cierres así de nuevo, nena. Estuve toda la noche intentando que no te cierres, boluda.
- No me cierro, solo no me gusta ...
- ¿Qué? ¿no te gusto? ¿no estuvo bueno?
- Si, si estuvo bueno (mira la cafetera y luego a él), no tiene nada que ver. Solo no me gusta este cuestionario post-sexo. Ni que fueras de la CIA!
- Disculpa, pero a mi me gusta saber como mínimo el nombre de la persona con la que me acuesto. (se cruza de brazos apoyándose en la heladera)
- Ya sabes mi nombre. Nos conocemos hace dos meses, bobo. (medio sonríe pero se da vuelta rápidamente)
- Es una expresión. (se pone atrás de ella)
- Ya se. (suspira)
- Vamos a dormir, por favor. (la abraza por atrás, acariciándole la cintura)
- Esta bien. No me abraces, ¿si? (lo mira a los ojos)
- Lo prometo.


Acostados, uno en cada punta, cinco minutos después. El café olvidado en la cocina.


- Nena 
- ¿Qué? (se da vuelta para mirarlo)
- Me encantaría entenderte. (le acaricia la cara)
- (sonríe) Perdón.
- No me pidas perdón, solo no te cierres. (suspira)
- Lo intento.
- Vení (la agarra de la cintura y la atrae a su cuerpo)
- No me abraces. (rápidamente se aleja)
- Vení boba, juro que voy a hacer cualquier cosa menos abrazarte (dice riendo y vuelve a empujarla)
- (ríe) Si lo ponés así ..


Y es así, señoras, señores e imbéciles, como puede arruinarse una noche y rápidamente des-arruinarse.