Primero, creo que tengo pulgas. Si. Pulgas. En mi casa.
Es decir, parecen pulgas. Saltan. Dios, pican.
En fin, ya veré cómo me las apaño.
Segundo,
¡VOS SÍ QUE SABÉS DESPERTAR A ALGUIEN UN DOMINGO AL MEDIODÍA, EH!
Listo. Nada más. Gracias.