miércoles

Nuevos imbéciles (es decir, yo)

La semana pasada salí.
Salí, primero, porque me aburría, y segundo porque necesitaba esa ... ¿cómo se le dice? ¿adrenalina? Bueno, ponele que sea "adrenalina" la palabra.
La cosa es que iba yo, muy feliz y muy puta, bailando por el boliche, pasando de los brazos de un tipo a los brazos de otro cuando me di cuenta de tres cosas:
1) Se me había roto la media y estaba muy cansada.
2) Había prometido tener sexo de manera tácita con cada tipo con el que bailé
3) No iba a tener sexo con ninguno.
Claramente, esta estefanía (como las llamo yo) me dejó un poco inquieta, pero rápidamente me puse a hacer cálculos para descubrir un poco lo que pasaba por mi vida/cabeza/cuerpo.

Y llegué a la siguiente conclusión:
a) El 90% de las veces que (de manera tácita) mi cuerpo o mi boca (es decir, que lo digo) ofrecen sexo, la cosa no ocurre.
Este punto en particular me hizo sonreír. ¿Por qué? Porque eso significa que no soy una mina fácil de cojer. 
La cosa es que me puse a pensar en el otro 10%.
Los que me conocen saben muy bien que a mi me gusta cojer y que a la vez tengo unos cuantos muchos problemas con ese tema. Saben que estoy medio traumada, que me dan miedo muchas cosas y sobre todo, saben que mi iniciación sexual no fue la mejor.
Entonces, en cinco minutos me sentí varias cosas: Primero una cagona y una mentirosa, por prometer cosas que después no daba. Después me sentí bien, por proteger mi cuerpo y no tener sexo como si fuese una ninfomana. Más adelante me autodefiní como una "calienta-pavas" y al final, llegué a la conclusión de que estaba haciendo bien las cosas y no tenía que pensar boludeces.

b) El 10% de las veces que (de manera tácita) mi cuerpo o mi boca (es decir, que lo digo) ofrecen sexo, la cosa ocurre definitivamente.
En realidad, ahora dudo un poco que de sea un "10%". Puedo contar con los dedos de las manos la cantidad de veces que tuve sexo aceptando un trato (es decir, el resto de las veces, la cosa simplemente se dio). Puedo contar, incluso, la cantidad de hombres con los que tuve sexo porque REALMENTE quería tenerlo con esa persona y no porque estuviera simplemente caliente o lo que sea.
Y ahí fue cuando empecé a sentirme como una estúpida.

A todo esto, yo seguía bailando. Es decir, SI. Puedo bailar y pensar al mismo tiempo (¡Ajá! Eso no se lo esperaban) y al segundo en el que me di cuenta de que era una estúpida, me resbalé con un vaso de fernet del piso y casi-casi-casi me voy a la mierda.
En ese momento (se viene la parte genial de la película) un muchachote me agarró del brazo, y de manera muy idiota me dijo "cuidado". Deliberadamente espanté el comentario estúpido y me fui a la barra.
Acá se viene la cosa obvia: el muchachote me siguió.
Digo muchachote porque el saracatunga mide como 2 metros y es ... grande. No digo que sea gordo, porque no lo es. Simplemente afirmo su .. vikingués corriendo entre los glóbulos rojos.

La cosa es que, el vikingo en cuestión resultó ser un tipo muy cómico e inteligente ... y un verdadero genio en la cama.
Ahora, la parte importante: yo QUISE cojérmelo.
Y por eso, señoras y señores, a partir de ahora, no chamullo más. Apunto a ese 10% y que se caguen los demás.