domingo

Uno, dos, tres .. cigarrillo 43

Hizo girar el cigarrillo en su mano. Uno, dos, tres ...
"No puedo hacer esto"
Después de unas diez mil vueltas, tres cigarrillos rotos y ningún encendedor a la vista, decidió que no tenía que tomarse el asunto muy en serio.
Uno, dos, tres ..
"Dios .."
Miro el cigarrillo una vez más.
Había pasado toda la tarde del sábado (y la del domingo, y la del lunes) planteándose si debía aceptar o no la propuesta. Ahora, sentada en el sillón de su diminuto living, con una carta sobre las piernas y el cuarto cigarrillo partido a la mitad en la mano, suspiró.
Uno, dos, tres ..
"No puede ser tan difícil. Sólo tengo que abrirlo y ver que dice y luego, si no me gusta ..."
Dejó el sobre en la mesa de café a su lado y fue hasta la cocina.
Prendió un cigarrillo en paz por primera vez en horas y puso la cafetera mientras miraba por la ventana. Un sobre. Sólo es un sobre.
Claramente no era sólo un sobre, porque la estaba matando lentamente. Quizás fuera uno de esos nuevos artefactos inventados por la CIA o el FBI (nunca supo cuál era el más importante) para poner nervioso al enemigo, o tal vez fuera un nuevo estilo de tortura alemana. Nunca lo sabría hasta que el sobre ...
La cafetera sonó y sonrió. 
"Por eso la compré, porque sonaba ... "
Las cafeteras no suelen sonar, pero esta en particular, emitía un leve pitido cada vez que el café estaba hecho y eso la ponía de buen humor, vaya dios a saber por qué.
Uno, dos, tres .. 
"Allá vamos .."
Se acercó a la mesa nuevamente, tomó el sobre y ...
Uno, dos, tres ..
Lo abrió.