martes

Casi-casi

Levantarse a las diez de la mañana porque el idiota del chico que amás con todo tu corazón quiere verte temprano, después de haberte acostado a las seis de la mañana, y que no te importe.
Terminar desayunando casi-casi en el baño, por la falta de tiempo y la necesidad de parecer linda, atragantarse entre el café y las tostadas, y que no te importe.
Salir corriendo y que el idiota esté en la puerta con esa media sonrisa que te mata, abrazarlo y casi-casi caerte al piso de la emoción, que la gente te mire raro, seguramente pensando "Ese hombre, ¿qué hace con la loca de pelo rosa?", y que no te importe.
Caminar por la calle Corrientes con el idiota, sin poder dejar de sonreír, aunque prácticamente lo ves todo el tiempo, casi-casi tropezarte con una nenita, que la nena te agarre un mechón del pelo y diga "liiiindo", venga la madre de la criatura y se la lleve rápido, como si fueras contagiosa, mientras el idiota la mira con cara de orto por ser tan maleducada, y sin embargo, que no te importe.
Almorzar parada e incomoda, casi-casi dejando de sentir los dedos de los pies por el cansancio, sólo para poder estar más tiempo con él, y que no te importe.
Correr a tu casa, acostarse en tu cama, con él al lado tuyo, abrazándote y dándote besos en toda la cara, mirar el reloj y saber que se tiene que ir, y casi-casi llorar, porque eso SI te importa.