viernes

Linea A - Carabobo

Hablando de subtes, me acordé de la vez que hice un desastre verdaderamente desastroso en el puto subte.
Resulta que ni bien me mudé a Buenos Aires, le tenía pavor a los bondis (por eso de las calles, el recorrido y mi corta visión) así que la única forma de moverme, era en subte. (Ya sé, también existen los taxis, pero con lo caros que están, ni me los nombres) 
La cosa es que, en una de mis primeras semanas, quedé con Barbara (una mujercita de esas que no te dan mas bola después de un tiempo, porque "sienten que no te importan una mierda" -cosa bastante común en mi vida amorosa-) en encontrarnos en la boca del subte, más precisamente en la estación Puán, a las 15:30hs de un hermoso día lunes.
Así que a las 14:45hs esta muchacha salió caminando hacia Congreso, que es la parada mas cercana a mi domicilio de la puta Linea A.
Entré al subte toda feliz, porque iba a ver a la Barbara esta, y me subí al tren.
¿Qué pasó?
Me subí al que va a Plaza de Mayo, no al que va a Carabobo. Y por consiguiente, llegué a Plaza de Mayo y no entendía una pija de nada.
¿Qué carajo? fue mi primer pensamiento, ¡Puta madre! fue el segundo y ¡Soy tan idiota! el tercero.
Arriba de nuevo, al subte y ahora si, rumbo a Carabobo (que, por cierto, ¡Que nombre!)
A todo esto ya eran las 15:05hs y yo ya estaba toda transpirada y nerviosa, así que me puse los auriculares, intentando relajarme.
Se sienta un tipo al lado mio, y no sé como, ni porqué empezamos a charlar, ¿viste? La cosa es que me cuenta, que tiene dos hijas y que una es lesbiana (si, yo ahora me pregunto lo mismo ¿como llegamos a este punto?) y que estaba preocupado y qué sé yo que mas me dijo. Y yo lo calmaba, le decía que la homosexualidad no era una enfermedad y que a veces, el amor de nuestras vidas no tiene sexo (no me refiero a eso), puede ser hombre, mujer, incluso puede ser un muerto o un gato! (ejemKramerejem)
Y bla bla bla, charlamos hasta que el tipo me avisa (muy amablemente) que habíamos llegado a Puán, y que tenía que bajarse. No sin antes darme un caluroso abrazo y darme las gracias.
La cosa es que ahí me di cuenta que yo también tenia que bajarme, así que corrí atrás del tipo y subí las escaleras (¡15:30hs, justito nena, justito llegué! ¡No me vengas con que siempre llegaba tarde, Barbi!).
Ahí afuera, medio cagada de frío, estaba Barbara (que, tengo que decirlo, es tan linda que me muero), que puso esa sonrisa picarona (que hace que los hombres se suiciden y las mujeres se homosexualicen) tan hermosa y me encajó un beso.
El tipo, a todo esto se había frenado mirándonos con la cara desencajada, así que levanté una mano y lo saludé (medio diciendo "andate, loco!")
Y bueno, tenía que pasar.
Barbi dijo "Viejo, que loco que te encontramos justo ¿se conocen?"
Y yo empecé a rezarle a los dioses de todo el mundo para que hagan que la tierra me trague, porque había calmado al padre de mi chica durante todo el viaje en subte, y la re putísima madre que nos parió a todos.


Solo a mi pueden pasarme estas cosas.