lunes

Anoche amagué con irme a dormir ni bien llegué y terminé acostándome a las cinco y media de la mattina.
Un desástrico.
Pero es que ordené todo, bueno, no, pará. No ordené nada. Lo que hice fue meter todo en todos los armarios. Mi casa quedo pelada, y se quedará así hasta que el joven Lucky sea desbolado.
Fin de la cuestión.