viernes

¿Qué vamos a hacer?

"Pensá en qué vamos a hacer cuando vengas, armá un itinerario" dijiste.
Te pedí que me claves una duda, no un puñal de dudas. No una sarta de preguntas del tamaño de Oceanía. 
Ok, quizás Oceanía no me alcanza. Rusia y Oceanía, pues. O China y República Popular de China juntas, no sé.
¿Qué vamos a hacer? Mirarnos. Por favor, vamos a mirarnos. Me gusta mirarte. En algún punto entre el cumpleaños de Hari y hoy, pasaste de ser "meh, pasable" a ser "lindo".  (Y de ser "¿vos quién eras?" a ser "ah, guille, si si, el hijo de Rossini" y más tarde "Guille")
Será que mis ojos se ajustan a mis ganas de abrazarte, o algo así. No sé.
¿Qué vamos a hacer? No sé vos. Yo voy a mirarte dormir. Normalmente no me gusta mirar dormir a la gente. La gente es fea cuando duerme. Yo soy fea cuando duermo. Vos definitivamente no.
En realidad, sos más lindo con los ojos abiertos, si. Pero cuando cerrás los ojos, las cejas se relajan, y no tenés la boca lista para decir algo que me deje pensando durante dos horas y 35 minutos, se ve un Guille diferente. Dije tu nombre varias veces, perdón. Ahora sos famoso. 
La última noche en tu casa te miré dormir. Me desperté demasiado temprano. Andá a saber por qué. Y vos estabas muerto ahí al lado mío y pensé "mierda, ¿qué estoy haciendo acá yo? Debería .. " y después "¿Debería qué? No debería nada", así que me limité a mirarte, relajado, boca abajo. 
¿Qué vamos a hacer? Seguramente me voy a reír. Mucho. Soy de reírme, claramente. El mundo lo sabe. Mi risa se escucha en todos lados, a toda hora, siempre. Y decí que me gusta mi risa, porque sino .. no sé qué haría. Tendría que esperar a que se vayan todos para reírme de las pelotudeces que decís.
¿Qué vamos a hacer? Bueno, en mi cabeza siempre es mejor si te encierro en tu casa y no ves a nadie más que a mi. Mis celos hablan solos casi. Tienen piernas. Y pelo rosa. Estoy celosa de mi misma, incluso. Y yo no soy de tener celos. O no me creía celosa, pero ya ves que no es así.
El ser humano es una cosa rara de curiosear ¿Sabés? Vos sos una cosa rara de curiosear.
El otro día una amiga me dijo "Pero Mechi, ¿qué tiene de interesante ese hombre? es un idiota, un pendejo, no tiene nada interesante" y ahí me di cuenta de que quizás estoy mal yo. Que realmente podrías llegar a no ser interesante, pero como yo estoy mal, me lo parecés. Igualmente, no me importa mucho eso.
Uno quiere lo que no puede tener, ¿no?. Si. Uno quiere lo que no puede tener. Yo quiero algo que no puedo ni podría tener. 
Al principio pensaba que quería lo que vos representabas para mi: deseo. Después me planteé que quizás te quería a vos. Entero. Servido en bandeja. Después de hacerle "shu shu" a ese pensamiento incluso llegué a pensar que quería que te enamores de mi, como tantos otros lo hacen. Que te pierdas por mí. Que enloquezcas por mi. Y me reí con eso, porque no quiero que enloquezcas por mi. Lo que realmente quiero es ser yo con vos, y vos conmigo. Nada del otro mundo, en realidad. Poder ser "yo misma" y que vos seas "vos mismo". ¿Mucho pedir? Neh. Es muy fácil.
Quiero que me sonrías sólo cuando realmente desees sonreírme. Quiero abrazarte cuando realmente desee abrazarte. Y quiero que, si no querés que te abrace, me lo digas. Quiero decirte si no me gusta que sonrías.
En realidad, es más simple escribirlo que hacerlo. El ser humano es muy mentiroso, egoísta y mentiroso.
Me dijiste una vez que había algo en mi que no te cerraba. Debería haber muchas cosas en mi que no te cierran, ya que no sabés absolutamente nada de mi. 
No sé absolutamente nada de vos, tampoco.
¿Qué vamos a hacer? Voy a hacerte preguntas. Siempre le hago preguntas a la gente. Nunca te hice muchas a vos. Preparate.
Sos mucho más simple de lo que soy yo, creo. Las cosas con vos parecen más simples. Pensás acomodado, incluso. ¿Te das cuenta? A veces me choca lo diferentes que somos. No me choca de mala forma, me hace reír y pensar "Mechi, Mechi, Mechi, mirá, no sólo vive en otra provincia, sino que además es 10 años mayor Y es muy diferente a vos".
Me suena a reto. Mi cabeza es muy competitiva. Todo lo que me suena a reto es interesante. Quizás por eso lo sos, pero no creo.
Seguro que ni leés esto, pero se siente bien escribirlo, se siente correcto, así que sigo.
Sos lindo. ¿Sabías eso? O sea, creo fervientemente que no te das cuenta de que sos lindo. No entiendo cómo no te das cuenta de semerejante obviedad. ¡Te digo que incluso sos lindo cuando dormís! 
¿Cómo caí en esto? Explicame, por favor. Ah, ¿no sabés? Ya me lo imaginaba.
Entiendo que la primera vez hayamos estado borrachos, y que la segunda también. Y que ... en fin. ¿Cuándo no estuvimos borrachos? ¿Te gusto también cuando estás sobrio? Una gran duda esa. En realidad, mi duda general es si te gusto o no. Siempre que lo decís, siento que mentís. ¿Será mi poco ego escuchándote?
¿Qué vamos a hacer? Lo que vos quieras. Me da lo mismo. Todo me da lo mismo, no sé si te diste cuenta ya. Le encuentro algo que me gusta a todo, menos a comer riñón, cosas en almibar o manzana. Eso me gusta de mi. Haga lo que haga, alguna parte positiva le voy a encontrar. Supongo que tantos golpes dejaron algo bueno, después de todo. Cuando la vida te golpea varias veces, por más chiquito que sea el golpe, terminás aprendiendo un par de cosas. El resto siguen golpeándote. Sino, sería aburrido. Monótono.
¿Sabés cuál es la mejor parte de todo esto? Que tanto vos como yo, sabemos que aunque escriba diez páginas más no va a haber ninguna diferencia.
Puedo decirte que me gustás, que me encantás. Que me gustan mucho tus ojos, que contrastás tanto con toda la gente que me lastimó antes que me dan ganas de comerte vivo. Puedo decirte que había medio perdido la fe en tu género. Puedo decirte que no me enamoraría de vos ni en dos mil años, pero también puedo decirte que si pudiese enamorarme de alguien, ese serías vos. ¿Por qué? Qué sé yo. No sé.
¿Sabés qué podría decirte? Que me gustó estar con vos la última vez. O sea, estar de estar. De sentarme y mirarte contestarle a las viejas pelotudas, escucharte sacarle el cuero a tu ex-jefe. Me gustó. 
¿Te cuento por qué me gustó? Porque sentí paz. Paz. Paz como la que siento cuando estoy con Tobías, con Tomás. Esa paz, ese "relaje" por así decirlo. Esa cosita en la parte de atrás del cerebro que dice "¡Ehé! Estás cómoda con este tipo".
Aunque seas osco y medio indiferente a todo lo que hago o digo ... ¡Eh! Quizás es eso. ¡Si! Puede ser eso, ¿no? Puede ser que siento que nunca querés abrazarme. Que quizás me ves más como un objeto sexual que se ríe y no como una persona normal. Esa siempre fue mi duda, ¿Cómo carajo me ves? Pero eso no es algo que quiera que respondas, en realidad. Me da un poco de miedo la respuesta, así que guardátela, como todas las demás. Decía que puede ser eso, puede ser el hecho de que seas tan "indiferente" a mi lo que me hace volver a vos una y otra y otra vez.
¿Qué vamos a hacer? Cualquier cosa, da lo mismo. Si me cansás o te canso, me voy o te vas. Y el resto que sea lo que Oscar Wilde quiera (ya que dios no existe, usemos otro genio).

"Si me cansás o te canso, me voy o te vas." Linda frase. Seguramente, lo que me hace volver a vos una y otra y otra y otra vez, sea la curiosidad, mezclada con el simple hecho de que sé que vos no vas a hacer como los demás. No vas a odiarme o plantarme un altar en tu casa. No te vas a ir por los extremos. Vas a "estar" simplemente. Y eso, creeme, me hace dar vueltas todo. Porque estoy acostumbrada a que la gente conmigo se vaya a los extremos. O me golpeen o me adoren. O me quiebren por dentro o me sobreprotejan. 
De cualquier forma, sos un lindo tipo, y me gusta que no te vayas a los extremos, así que ...
¿Gracias?