viernes

En realidad, el problema está cuando te dedican esto y te das cuenta de que es verdad

No se puede afirmar 
que me engañaba cuando me mentía. 
se llamaba Osadía 
y desde el primer día 
tuvo la cobardía de avisar. 

Quien tiene siete vidas 
y dos ojos de gata callejera 
no se va con cualquiera. 
De su noche se espera 
un broche de promesas incumplidas. 

Mejor no equivocarse 
no me pidas jamás lo que no doy 
ya sabes cómo soy y si quieres me voy 
dijo cuando acabo de desnudarse. 

Ya ves 
llegar a fin de mes 
no era con ella asunto de dinero 
se trataba más bien de merecer 
un tren de pasajeros, 
el tsunami de un mar hecho mujer 
dispuesto en cada ola a renacer. 
Se llamaba Herejía 
cómo voy a saber 
si me engañaba cuando me mentía. 

Maestra en confundir 
al diablo y al rey de los altares, 
me citaba en los bares 
con fuegos malabares 
y luego se olvidaba de acudir. 

La mañana y la tarde, 
qué vaivén entre alarde y agonía, 
todo lo confundía 
su swing, porque sabía 
mirar como un crepúsculo que arde. 

Callada por respuesta 
cuando jugué al dolor de corazón. 
Su boca era un buzón de voz sin 
compasión 
dormido hasta la hora de la siesta. 

Ya ves, 
llegar a fin de mes 
no era con ella asunto de intendencia. 
se trataba más bien de comprender 
la pura impertinencia 
del sol cuando se cansa de asombrar, 
del mostrador a la hora de cerrar. 
Se llamaba ironía 
y no puedo jurar 
que me engañaba cuando me mentía. 

Ya ves, 
llegar a fin de mes 
no era firmar un parte de sucesos, 
se trataba más bien de envejecer 
huérfano de sus besos 
con fantasmas que aprenden a 
crecer, 
abrazos que se mueren por volver, 
Se llamaba utopía, 
me gusta imaginar 
que me engañó cuando se despedía. 
que me engañó cuando se despedía.