sábado

Amar-a-Anto

No. No me gustás. No me gusta la gente como vos. Hablo de gustar, de gustar de gustar. No de "gustar".
No sé si se entiende. Me atraés. Pero no me gustás.
No. No creo que puedas. Pasá por acá mejor.
¿Que por qué no? No no, no tiene nada que ver con eso.
Es más bien un poco de esto y de aquello. Me atrae tu cabeza. Tu cerebro. Me atrae lo que pensás, lo que decís y hacés. Me atrae tu risa. Me atraen tus ojos. Pero no, vos en realidad, tampoco me atraés.
No me gustás ni me atraés. Y sin embargo quiero.
¿Qué es lo que querés? Nada. Nada. Nada en realidad.
Muchas gracias, por esto y por aquello. No hay por donde, pero si.
¿Y si ..? No, no pensemos en eso. Ahora te hacés la cabeza, porque lo acabás de escuchar. 
Mañana será otro día.
Pero no creo que ... ¡Silencio dije! Ya basta de tonterías, realmente no lo querés. Oh, sí que lo quiero.
Pero no así. No, no así. 
¿Entonces?
Entonces nada, me gusta un poco.
¿Que te gusta? ¿Qué te gusta? Me gusta su voz. Pero .. Pero nada, dejame terminar. Digo, me gusta su voz, me gustan sus ojos, su sonrisa. ¿Entonces, por qué no te gusta él? Porque así como me gustan sus ojos, su voz, su sonrisa y sus ganas de mirar, me gusta la comida mexicana. El pelo de mi abuela. El olor de mi mamá.
Ah, es ESE gustar. Si, me gusta. Es mi amigo. Se supone que te tiene que gustar.
Pero ... ¿Pero? Eso no significa que no quiera saber. ¿Qué es lo que querés saber? 
Las lágrimas, el gusto. Ah, estás siendo curiosa, vas a lastimarlo. No siempre lastimo a la gente. 
Ya te conozco, ¿por qué no volvemos al principio? ¿Al principio? Si.
Bueno, en realidad, no me gusta. Ahora sí que nos entendemos. ¿Cómo huele? No me acuerdo. Siempre te acordás.
El principio, dije. Perdón, perdón.
No me gusta. No. No me gusta la gente como él.