lunes

Frío, más de eso.

Nos estamos poniendo melancólicos todos, de a poco.
Debe ser el invierno, que a la mayoría les trae recuerdos de mierda. El frío suele traernos recuerdos de mierda, pero en mi ... es todo lo contrario.
El frío me suena a cosas que extraño, que me hicieron feliz en algún momento.
El frío es abrazos, es montañas llenas de nieve, es bosques con historias divertidas, es países nuevos e idiomas diferentes.
El frío es el sur a las tres de la tarde, es el norte a las seis de la mañana.
El frío es la chimenea de mis viejos, el calorcito de la cocina económica, las bufandas tejidas por la Matka y los sombreros de lana de la Pety.
El frío es la sonrisa medio cansada de mi vieja, los ojos iluminados de mi viejo. Es la mirada perdida de la Pety contando cosas de su infancia, es la risa de Lara cuando escucha mis idioteces.
El frío es la familia desconocida recibiéndome en su casa, el café, los platos extraños de Finlandia. El frío es el calor de Suecia, el calor de la Kiki, la risa fuerte de Julian. 
Es un abrazo a escondidas en una casita en el medio de la nada, es la casa de Fede, llena de olor a cigarrillo y una guitarra sonando. Es el ruido de las voces de todos mis amigos, sus risas, los gritos de Milena a las tres de la mañana, las inmundicias de Hari antes de dormir.
Es verme a mi, sentada en el sillón, frente a la chimenea, compu en mano, leyendo un libro atrás de otro, comiéndome las paginas como si fuese agua después de años de sed.
El frío es, al fin y al cabo, algo lindo para mi.
Y sin embargo, cuando lo siento adentro mio, solo pienso en sacarlo, para que vuelva el calor, para dejar de sentirme vacía por dentro.
Nos estamos poniendo melancólicos todos, de a poco. Y no creo que sea por el frío.