viernes

Die 3 (ok, basta)

- ¿Mechi?
- Mati, te va a doler el bolsillo cuando te llegue la cuenta del teléfono.
- Me quedó una duda ..
- Decime
- ¿Vos crees que ella aborte?
- ¿Cami?
- No, el ferretero. Dale, boluda.
- No creo.
- ¿Por?
- No sé, nunca acotó nada cuando discutimos esas cosas con los chicos, y realmente, es demasiado católica para abortar.
- ¿Y entonces?
- Nada, tendremos el pibe.
- ¿Tendremos? Me suena a manada.
- La criatura va a necesitar un padre.
- Sos mujer, Mercedes.
- ¿Y?
- No te veo haciéndote cargo del bebé.
- Yo tampoco, pero si Cami me necesita, ahí voy a estar.
- Mechi, ¿no estás exagerando?
- Obvio que si, pero entendeme, si los viejos la echan de la casa, me la traigo para acá, y si el inútil de Diego no se hace cargo, voy a hacer todo lo posible para que ese bebé nazca sano y viva bien. ¿Entendiste Matías?
- Si, Mechi.
- Bien, ¿algo más?
- Sos hermosa cuando te enojas, más te vale que estés enojada cuando vaya mañana.
- Dejá de chamullarme por teléfono
- ¿Por qué? Me gusta.
- ¿Si? A mi no.
- Te hacés la dura, pero sos más blanda que un flancito.
- Jajaja, dejá de hacerte el bueno.
- Eh, che, que solo dije lo que pienso.
- ¿Pensás?
- Claramente
- Chau, salamín.
- Chau, mortadela.